Los Vengadores de los Grandes Lagos. Desunidos

Guión: Dan Slott, Fabian Nicieza
Dibujo: Paul Pelletier, Mike Wieringo
Tinta: Magyar
Título original: Avengers Great Lakes. Disassembled





Hace ya algún tiempo que salió este peculiar tomo, y lo compré básicamente porqué soy un fan incondicional de cualquier material que lleve escrito la palabra "Vengadores" en la portada. También influyó en mi decisión, el echo de que Dan Slott junto con Fabian Nicieza eran los encargados de dar vida a este experimento, y he de confesar que el trabajo que realizó el señor Slott con la nueva serie de Hulka, me sorprendió tan gratamente que compré sin pensarlo los siete primeros tomos; y aunque quizá los tres últimos perdieron algo de fuelle, la sensación general que me dejó fué de tremenda originalidad y mucha diversión.

Vaya por delante que la historia no tiene absolutamente nada que ver con ninguna colección de vengatas, diría incluso que no guarda relación alguna con una historia de superhéroes al uso, sinó que más bien pretende ser un relato cómico, valiéndose de varios de los personajes más patéticos que recuerdo. Desgraciadamente Dan Slott no llega en ningún momento a generar ni un ápice de interés con ninguno de ellos, y acaban con el mismo nulo carisma con el que comenzaron la historia. Además, el tipo de humor utilizado es soso, predecible y pasado de moda, y me provocó la sensación de estar viendo una típica mala serie de humor americana, en la que oyes reir a la máquina-público sin parar por cualquier tontería. Hubo muchos momentos en los que pensé seriamente en dejar de leer, como cuando salía la mascota de Ardilla, llamada Monkey Joe, a hacer comentarios teóricamente jocosos en medio de una viñeta; o al ver aparecer montado sobre esquíes a la representación de la muerte. En todo caso aguanté estoicamente ... hasta la mitad del tomo, que fué cuando concluyó la historia del grupo, para dejar paso a historietas cortas individualizadas para cada uno de los componentes.

En mi humilde opinión no hay absolutamente nada destacable del tomo, ni ninguna idea original, ni chiste que valga, ni escena de acción, y aunque sí que es verdad que el señor Pelletier lucha contra el tedio con todas sus armas, que no son pocas, una vez superado el ecuador del libro no pude seguir leyéndolo y lo dejé. Y no porque fuera insoportable, sinó porque me generaba la poderosa sensación, de que estaba perdiendo el tiempo leyendo unas historietas tontas que no llevaban a ninguna parte y que no conseguían entretenerme. Lástima de 12 euros que me gasté.