viernes, 2 de enero de 2009

Manhunter nº 5 a 7. Lo importante no es llegar ...







Guión: Marc Andreyko
Dibujo: Brad Walker, Javier Pina
Tinta: Fernando Blanco
Título original: Manhunter 13 a 21 USA





La Crisis Infinita y todo lo que ello conlleva, le ha sentado mal y bien a esta colección. Me explico, teóricamente que la mayoría de las colecciones que nutren el Universo DC, tuvieran que hacerse partícipes en mayor o menor grado de los sucesos acaecidos en la reciente Crisis, es una buena notícia, pues aumenta la sensación de que leemos sucesos en un universo cohesionado ,en donde lo que pasa en una colección afecta a las demás y un largo etcétera. La pega de todo ello es cuando te encuentras con colecciones como Manhunter, en donde el cruce con la macrosaga del momento está tan cogido con pinzas que a poco que haga un poquito de viento se cae. Flaco favor le han hecho los OMACS a Kate Spencer, pues el número en donde aparecen es el peor que he leído hasta la fecha. Cutre, soso, ilógico o infantil son algunos de los adjetivos que podría adjudicarle a una historieta que no se aguanta una vez ha comenzado el quinto número de la colección, pues aunque a alguien podría resultarle interesante que se repasaran todas las anteriores reencarnaciones de los Manhunters, la trama de los lavados cerebrales ya está muy pasada de moda.

También he tenido la sensación leyendo estos números, de que se perdía la esencia del Manhunter que me enganchó, un personaje urbano, nocturno y humano. En estos números es tal la cantidad de cachibaches tecnológicamente imposibles que luce Kate, que en ocasiones no sabía si leía un cómic de un aventurero o del bueno de 007. Además ya no es tan fácil herirla como antes, y si alguien lo consigue, en la viñeta siguiente ya no existe tal herida. ¿ Es que no releyeron el cómic después de acabarlo?

Lo bueno que ha reportado las Crisis Infinitas a esta colección, es que ha avanzado un año de golpe. De manera que el autor ha podido replantear la situación desde cero, sin ataduras ni compromisos con otras colecciones, pudiendo dar carpetazo a una línea que empezaba a oler mal y insuflar de golpe unas situaciones nuevas y más interesantes a mi entender. Y aunque bien es verdad que este nuevo episodio repite algunas de las características que me hicieron atractivos los primeros, como el juicio en el que participa Kate, obligada ahora a hacer de abogada defensora de un criminal, espero que Andreyko sepa seguir haciendo crecer al personaje en lugar de estancarse en una maironeta con bastón destrozalo-todo.

Por cierto, sí que ha habido algo que me ha gustado, como por ejemplo el personaje de Obsidian o la relación que mantienen Dylan y una incomprensible-rara-inútil-nomegusta Cam. El dibujo sigue siendo muy bueno, y destacaría especialmente una escena que Pina borda en el número siete, que podría muy fácilmente formar parte de cualquier peli de zombies que se precie.

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