miércoles, 14 de octubre de 2009

Estela Plateada. Requiem





Guión: J.M. Straczynski
Dibujo y tinta: Essad Ribic
Título original: Silver Surfer: Requiem( 1 a 4 USA )



15 años atrás, las Novelas Gráficas gozaban de una importancia y dimensión que desgraciadamente fué perdiéndose con el tiempo. Una vez el mejor papel llegó a casi todas las publicaciones, y el coloreado se volvió igual en la grapa que en el tomo más caro; la ineficacia a la hora de seleccionar qué historias debían de utilizarse en dicho formato, derivó en una falta de exclusividad que situó el título de "Novela Gráfica", en la misma posición que cualquier otro formato del mercado.

El encargado de devolver la grandeza a este formato, ha sido uno de los guionistas más laureados y prolíferos de los últimos tiempos. Straczynsky nos ofrece con Requiem, un relato exquisito sobre uno de los personajes más queridos del universo Marvel. Sea por el sacrifico que hizo en su momento Norrin Rad, o por la siempre servicial y dulce personalidad de Estela Plateada, la verdad es que es difícil encontrar a alguien a quién no caiga bien. De echo, este cariño del que hablo es totalmente extrapolable al cómic que nos ocupa, ya que la historia relata el profundo pesar tanto de Estela, como de todos sus conocidos, enemigos y amigos, delante de la terrible noticia que debe asumir el otrora heraldo de Galactus.

Estela demostrará hasta el último momento el tipo de héroe que es, un ser sacrificado y de amables esfuerzos que pondrá todo su poder en beneficio de la paz. Me ha gustado especialmente la reflexión a la que sume a Spiderman, cuando le pide consejo para poder utilizar su poder en pos de la humanidad. Y también me ha emocionado la cantidad de bondad que es capaz de destilar el protagonista en cada una de las acciones en las que participa.

Mención aparte merece también el apartado gráfico, donde un genial Essad Ribic, al que conocí gracias a otra Novela Gráfica ( Loki ), da una clase magistral de cómo dibujar un cómic. A su indiscutible calidad y espectacularidad, que recuerda poderosamente al incomparable Alex Ross, tenemos que sumarle una naturalidad excepcional en todas las posturas de los héroes que aparecen, así como un profundo realismo en sus expresiones faciales. Además también sobresale a la hora de dibujar paisajes cósmicos, y controla como nadie el uso de las luces. Sin duda, sólo por el dibujo ya merece la pena comprarse el cómic.

En resumen, Straczynsky consigue gracias a Requiem, devolver las Novelas Gráficas al lugar que merecen y que nunca debieron abandonar.

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