martes, 10 de agosto de 2010

All Star: Batman y Robin







Guión: Frank Miller
Dibujo: Jim Lee
Tinta: Scott Williams
Título original: All Star Batman & Robin





Me pasó con este cómic lo que creo que ha pasado a la mayoría. Miras los nombres de los autores, Frank Miller y Jim Lee, y no puedes dejar de pensar en cuánto vas a disfrutar leyendo el tocho. Sí que es verdad que los veinte euracos te duelen un pelín, pero piensas: - Qué carajo, por Miller y Lee lo que sea. Buscas tu rincón favorito, del tipo "aquí me leo los cómics que sé que me harán flipar", quitas el plástico lentamente y acaricias las tapas duras de manera libinidosa. Abres el cómic, nunca en un ángulo superior a los noventa grados, y el señor Lee te regala una preciosa mujer en ropa interior hablando por teléfono. Te ríes para tus adentros y piensas: - Sí, sí, el cómic es de Batman, ¿pero a quíen le amarga un dulce?. Y a partir de ese momento,... gatillazo contínuo.

El fracasado director de películas Frank Miller, intenta explicarnos cómo Batman reclutó al pequeño Grayson para transformarlo en Robin. A priori, ese es el argumento principal del cómic. Apoyándose en tal hecho, lo que intenta Miller es dar una versión extremadamente chulesca y enfermiza del Caballero Oscuro. Así pues destroza la idea que todos tenemos del héroe de Gotham, para ofrecernos una versión sádica, ridícula y totalmente plana. Tan patética me pareció, que incluso llegó a ofenderme por momentos. El estilo que utiliza para tal hazaña es el que se le presupone, es decir, millones de bocadillos de pensamiento y repeticiones constantes de la frases pensadas, además de un vocabulario escaso y cutre.

El resto de personajes secundarios tampoco sirven para mucho, pues se profundiza en ellos poco o nada a excepción de Robin, que sale tan malparado como Batman. La versión del chico de doce años que acaba siendo adoptado como consecuencia del asesinato de sus padres, es tan cutre e increíble, como la soberana paliza
que es capaz de dar a Green Lantern con solo dos semanas de entrenamiento
.

De este modo, y teniendo en cuenta que no hay nada reseñable en la historia excepto el malhumor que provoca leerla, falta analizar la labor de Jim Lee, que sigue siendo un gran dibujante y que ha añadido algunos detalles a sus viñetas, pero que no ha evolucionado demasiado desde aquellos antológicos números de la Patrulla-X, que hicieron que se me saltaran las lágrimas. Definitivamente no es reclamo suficiente para petarse veinte euros en soberana bazofia.

Avisados quedáis.

3 comentarios:

dvd dijo...

Sin duda lo único salvable es el dibujo... y tampoco te creas que mucho porque el señor Jim Lee se quedo en los noventa y de allí no sale... y en el tebeo hay algún detalle pa'pegarle de ostias hasta en el carnet de dibujante profesional (http://www.abotepronto.net/2008/02/07/jim-lee-es-un-all-star/)

MorkaielRojo dijo...

Me ha parecido muy acertado el comentario de que se quedó en los noventa. Por cierto, muy curiosa la reseña sobre la puerta. No me había dado cuenta.

Gracias por tu comentario

Unknown dijo...

La verdad es que no debería habernos sorprendido. Jim Lee es el señor "Soy Molón", todo lo que hace tiene que molar y toda serie que dibuja tiene que aparecer lo que al señorito le da la gana, que es lo que hizo que Claremont saliera huyendo de X-men al tercer número y por otra parte Frank Miller murió hace tiempo y fue sustituido por su hermano malvado cuya misión en la vida es destrozar la reputación de su hermano original.