Vaya por delante que no he leído los cómics de The Losers, de manera que me es imposible comparar el trabajo realizado por Sylvan White con los números editados por Planeta de Agostini. Supuestamente serán unos grandes cómics, que habrán tenido mucho éxito y que habrán provocado el interés suficiente para que alguien se planteara rodar una película sobre ellos. El resultado, tal y como pasó por ejemplo con las dos primeras películas del Castigador, no puede ser más decepcionante.
El señor White nos propone una película de argumtento extra-plano, con unas interpretaciones patéticas que llegan a ser tan exageradas, que rozan el ridículo para asentarse tranquilamente en el humor. Además, no consigue sorprender en ninguna escena, puesto que toda la película resulta salpicada de lo típicos clixés de los films de acción que ya caducaron hace una década. Sin nungún tipo de esfuerzo, cualquier hijo de vecino puede ir adivinando qué va a pasar en los cinco minutos siguientes, y hasta el final del tostón. Los escasos momentos de acción son predecibles, totalmente irreales y cutres en la ejecución. El escenario en donde se resuelve el entuerto ( por llamarlo de alguna manera, porque como dije es muy difícil encontrar algo de "chicha" en el film), un puerto con innovadores contenedores de color rojo y azul, no hace más que incrementar la sensación de que nadie nunca se creyó al director; quién dispuso un soldado aquí, otro andando por allá, otro que no se entera de nada después de estar a veinte metros de la explosión de un avión, otro que dispara desde delante de un container pudiendo cubrirse detrás (supongo que lo hizo para que el bueno tuviera un buen blanco), y un largo etcétera de despropósitos y actitudes chulescas que piden a gritos que pares de perder el tiempo viendo tamaña tomadura de pelo.
Mención a parte merecen también la olvidable banda sonora, y el uso excesivo de cámaras lentas que transmiten desde el primer momento una potente sensación de falta de ideas. Sinceramente creo que para hacer adaptaciones así, mejor nos quedamos con la versión de papel y tinta y dejamos de malmeter.
El señor White nos propone una película de argumtento extra-plano, con unas interpretaciones patéticas que llegan a ser tan exageradas, que rozan el ridículo para asentarse tranquilamente en el humor. Además, no consigue sorprender en ninguna escena, puesto que toda la película resulta salpicada de lo típicos clixés de los films de acción que ya caducaron hace una década. Sin nungún tipo de esfuerzo, cualquier hijo de vecino puede ir adivinando qué va a pasar en los cinco minutos siguientes, y hasta el final del tostón. Los escasos momentos de acción son predecibles, totalmente irreales y cutres en la ejecución. El escenario en donde se resuelve el entuerto ( por llamarlo de alguna manera, porque como dije es muy difícil encontrar algo de "chicha" en el film), un puerto con innovadores contenedores de color rojo y azul, no hace más que incrementar la sensación de que nadie nunca se creyó al director; quién dispuso un soldado aquí, otro andando por allá, otro que no se entera de nada después de estar a veinte metros de la explosión de un avión, otro que dispara desde delante de un container pudiendo cubrirse detrás (supongo que lo hizo para que el bueno tuviera un buen blanco), y un largo etcétera de despropósitos y actitudes chulescas que piden a gritos que pares de perder el tiempo viendo tamaña tomadura de pelo.
Mención a parte merecen también la olvidable banda sonora, y el uso excesivo de cámaras lentas que transmiten desde el primer momento una potente sensación de falta de ideas. Sinceramente creo que para hacer adaptaciones así, mejor nos quedamos con la versión de papel y tinta y dejamos de malmeter.
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