Guión: Rick Remender
Dibujo: Huat, Pearson
Color: Loughridge, Stewart
Título original: Punisher vol.6 (6 a 10 USA)
Estoy seguro de que algún mandamás importante de dentro de Marvel odia al Castigador. Es la única expliación plausible a tamaña caza de brujas. Así que imagino que cogió el teléfono, marcó un 555 como en las películas y le dijo al señor Rick Remender que siguiera con su suficiente trabajo, y que además no se esforzara demasiado.
El bueno de Remender, cumple a la perfección con su cometido y propone una nueva vuelta de tuerca a su ya poco atractiva trama, en la que el Encapuchado ( sí, el supuesto nuevo rey del crimen, comandante de decenas de supervillanos y nuevo azote de Los Vengadores, siempre según el señor Bendis claro) resucita a un atajo de desconocidos perdedores y les propone dejarles vivos si matan al Castigador.
De manera que en este tomo volveremos a encontrarnos a Frank Castle, armado con un arco, un guantelete de Iron Man, ¿partículas Pym? y demás artefactos extraños dándoles caña a un grupo de pringados que no conoce nadie. El problema no es el desconocimiento de los malos, sinó la falta de interés que transmiten y lo inexplicable de la nueva situación. ¿No dispone el Encapuchado de fuerza suficiente para molestar a Los Vengadores, y tiene que recurrir a unos muertos para matar a un hombre sin poderes?. No hay por donde cogerlo, al igual que todo el tomo que nos ocupa que no aporta absolutamente nada de interesante.
Al final del tomo nos encontramos con una historia titulada "Control Remoto" en el que dos furcias con poderes mentales también intentan matar al Castigador ( pronto pasará a ser deporte nacional por lo visto), para ello se valerán de Spiderman, que causalmente pasaba por allí y al que cazan, controlan y piden que mate a Frank. El bueno del Castigador recibirá puñetazos de un tipo que tiene la fuerza proporcional de una araña, caerá de un rascacielos ( tranquilos, amortigua la caída con el bastón de Daredevil y un coche), lo atropellarán y.... ¡no le pasará nada!. Bueno, unos cortes superficiales y un poco de suciedad en el traje... es que los villanos sooon....
A los lápices tenemos a un deleznable Tang Eng Huat en la primera parte y a Jason Pearson en la segunda, que mejora significativamente a su predecesor. De todas maneras, después de comerte un truño de perro, una hamburguesa debe de saberte a secreto ibérico; porqué es que el señor Tang ( ¡como la bebida de polvos!) dibuja fatal, especialmente ojos y bocas, y hace que las expresiones de sus personajes sean todas parecidas a las de tipos que se acaban de levantar de dormir y sufren una terrible resaca... parecida a la que me aportó a mí la lectura del cómic. Voy a por una aspirina.